La archidiócesis de Olinda y Recife el 31 de marzo de 2022, año y medio después de la colocación de la primera piedra y tras mucho trabajo y perseverancia, inauguró en Primavera, Pernambuco, Brasil, una nueva unidad femenina de la Granja de la Esperanza (Fazenda da Esperança). Esta unidad, denominada «Granja de la Esperanza Sor Lindalva Justo de Oliveira», está destinada a acoger a mujeres que acuden a recibir ayuda en su proceso de rehabilitación tras el consumo de drogas. El nombre de la Granja fue asignado por el Arzobispo de Recife, Antonio Fernando Saburido, para rendir homenaje a las Hijas de la Caridad que han servido, o sirven, en las Granjas, especialmente a Sor Sônia Maria de Lima y para honrar el martirio de la Beata Lindalva, que representa a las mujeres de hoy que sufren la violencia.
La inauguración de la nueva Granja tuvo lugar durante una misa al aire libre celebrada por el Arzobispo Antônio Fernando Saburido concelebrada con otros sacerdotes, entre ellos el Padre Hans Stapel (fundador de la Granja) y nuestro Director Provincial el Padre Clistenes Natal, de la Congregación de la Misión. Además del alcalde y otras autoridades del Estado, asistieron, en representación de la Compañía de las Hijas de la Caridad, nuestra visitadora, Sor Patrícia Calaça, los miembros del Consejo Provincial, Sor Sônia Maria de Lima, y muchas Hijas de la Caridad. Honró también con su presencia Nelson Giovanelli, uno de los fundadores de la Granja de la Esperanza (Fazenda da Esperança), así como hombres y mujeres que están en rehabilitación en las Granjas existentes en el estado de Pernambuco. Durante la procesión de entrada, se entronizó una imagen y una reliquia de la Beata Lindalva, donada por la Provincia de Recife a esta nueva Granja.
La Fazenda da Esperança es una comunidad terapéutica que funciona desde 1983 para personas que están en proceso de recuperación y que buscan liberarse de las adicciones, principalmente del alcohol y las drogas. Su método incluye tres aspectos determinantes: el trabajo como proceso pedagógico, la convivencia en familia y la espiritualidad con vistas a encontrar el sentido de la vida.
Las personas que se identifican con el carisma de la Fazenda pueden encontrar su vocación en la Iglesia formando parte de la Familia de la Esperanza, una asociación de fieles, de carácter internacional reconocida por el Consejo Pontificio para los Laicos, cuya misión, en palabras del Papa Benedicto XVI, es llevar la Esperanza, que es Jesucristo al mayor número posible de jóvenes en todo el mundo.
La Fazenda tiene sus puertas abiertas en todos los estados brasileños para acoger a hombres y mujeres deteriorados/debilitados por la drogadicción, transformando el dolor en alegría. El número de comunidades en el mundo ya ha superado el centenar de unidades estructuradas en países de Asia, África, América y Europa, creciendo continuamente debido a la globalización de los graves problemas sociales que aquejan a la humanidad.
La Casa de Primavera es la cuarta Granja de la Esperanza en el estado de Pernambuco, con unidades en las ciudades de Jaboatão dos Guararapes, Garanhuns y São Joaquim do Monte. Tiene capacidad para acoger a veinticinco mujeres y hasta doce bebés, ya que es habitual que las mujeres que buscan ayuda lleguen embarazadas o con hijos.
Hoy hemos realizado un sueño largamente acariciado de tener en nuestra Arquidiócesis una Granja de la Esperanza para mujeres, una obra de Dios que beneficiará a personas deterioradas/debilitadas por el consumo de drogas y a otras personas necesitadas. Es necesario, por lo tanto, sensibilidad por parte de todos para apoyar este proyecto y animar a los que van a dar aquí su vida por esta obra», dijo el arzobispo Fernando Saburido en una entrevista con el canal «Rede Vida de Televisão».
Esta inauguración, que forma parte de las celebraciones del 30º aniversario del martirio de la Beata Lindalva, fue precedida por un mes de misión coordinada por Ana Lúcia Duarte, misionera consagrada de la Granja de la Esperanza y líder regional de las Granjas de Mujeres acompañada por más de quince mujeres ex-drogodependientes o en proceso de curación, que visitaron las comunidades aledañas a la nueva granja, evangelizando y dando testimonio de las maravillas que el Señor ha obrado y está obrando en sus vidas.
Esta nueva Granja de la Esperanza es un signo del Amor y de la Providencia de Dios en la vida de los más necesitados; damos gracias a Dios por los muchos colaboradores que escucharon la llamada del Señor y se dejaron guiar por Él, especialmente el Dr. Ilvo Meireilles, empresario de Pernambuco que no sólo creyó en el proyecto, sino que donó el terreno y dio su apoyo a las obras.
Que sor Lindalva interceda por los que participan en esta nueva obra y la convierta en un instrumento para salvar vidas para Dios y suscitar muchas vocaciones al servicio del Reino de Dios y de la Iglesia.