En acción de gracias y alabanza al Señor, nos unimos a los Misioneros Vicencianos que celebran con alegría el IV Centenario de la Fundación de la Congregación de la Misión. Se preparan para ello mediante la oración y el compromiso misionero, con el fin de revitalizar las tres dimensiones de la espiritualidad vicenciana, tal como lo indica el Superior General, P. Tomaz Mavric, quien escribe: «la dimensión profética, que por la gracia del Espíritu de Dios que está “sobre nosotros”, nos lleva a escuchar el clamor de los pobres y a estar disponibles para cuidarlos; la dimensión sinodal, que supera el individualismo para caminar y actuar en comunidad; la dimensión misionera, cuya autenticidad nace de una profunda espiritualidad, de una intensa comunión, y de la cercanía y amistad con Jesús».
ARTESANAS DE PAZ Y ESPERANZA
En un mundo que grita —guerras, fracturas, sufrimiento— elegimos escuchar una llamada sencilla y exigente: ser artesanas de paz y esperanza. Pedimos al Espíritu que afine el corazón y nos ponga en camino para reconciliar lo roto, cuidar lo frágil, restaurar la dignidad herida y servir con alegría allí donde la noche es más larga.





