Isabel Ana, la primera santa nacida en los Estados Unidos, es una persona de bondad. Su visión de los acontecimientos era la de su Señor, el Dios de la paz y la acogida incondicional. ¡Una incansable buscadora del bien de todos, respetuosa y humilde, nos invita con su vida a confiar en el Año Nuevo al ¡Amor, recibido y ofrecido!
Respuesta de amor a una llamada del amor
Entregarnos plenamente a nuestros hermanos y hermanas, los pobres, es una promesa desde el momento en que entramos en la Compañía. La radicalidad del don de una Hija de la Caridad se concreta en la pasión libre y gozosa que pone en servir, inventar, amar. (Sor Françoise Petit)