Todas las almas verdaderamente cristianas han de profesar un gran amor a la Santísima Virgen y honrarla profundamente en su cualidad de Madre de Dios, así como por las virtudes que Dios le ha otorgado con este fin. …y rogarle habitualmente que nos ayude a ofrecer a Dios el servicio que le hemos prometido y a cumplir su santa voluntad con la misma sumisión que Ella. (Santa Luisa de Marillac)
Revestidos del espíritu de Cristo
En acción de gracias y alabanza al Señor, nos unimos a los Misioneros Vicencianos que celebran con alegría el IV Centenario de la Fundación de la Congregación de la Misión. Se preparan para ello mediante la oración y el compromiso misionero, con el fin de revitalizar las tres dimensiones de la espiritualidad vicenciana, tal como […]