En este tiempo, mientras los vientos gélidos de la guerra y de la opresión aún siguen soplando, y presenciamos a menudo fenómenos de polarización, como Iglesia hemos comenzado un proceso sinodal. Sentimos la urgencia de caminar juntos cultivando las dimensiones de la escucha, de la participación y del compartir. Junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad queremos contribuir a edificar la familia humana, a curar sus heridas y a proyectarla hacia un futuro mejor.
Siguiendo a Cristo con audacia y creatividad. Carta del 2 de febrero de 2025.
Profundizar en el voto de servicio de los pobres a la luz del Evangelio, y a partir de la vida, la nuestra y la de nuestros hermanos y hermanas, conduce a releer personalmente nuestra vocación y la llamada escuchada un día. Que la preparación para la Renovación también favorezca momentos de intercambio comunitario y haga […]