El colegio Santa Isabel, cuenta con 700 alumnos de 58 nacionalidades diferentes. «Tan solo un 1 % son españoles, el resto son familias migrantes y desfavorecidas». Fruto de su labor con estos perfiles, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha galardonado al colegio con el Premio Acciones por el Refugio Juan María Bandrés.
Los alumnos de Santa Isabel «no tienen que pagar nada». La Administración costea un concierto y el resto lo ponen las Hermanas. La Comunidad de Madrid sufraga sus libros escolares durante los tres primeros cursos de Primaria y las Hermanas les regalan el uniforme. Los niños, a menudo «vienen sin ropa y sin comida», confían en la labor social del centro para salir adelante. Con ayuda de Cruz Roja, el colegio reparte dos veces a la semana cestas de alimentos, ya que «muchos de los que vienen al comedor escolar toman allí la única comida del día».
«Hay niños que entran y salen a los dos o tres meses porque vienen reubicados de organizaciones como CEAR». Rápidamente, evalúan su nivel y les asignan «un equipo de orientadores que están muy pendientes de los niños, porque aquí se forma una gran familia». En algunos casos, los chavales no conocen el español, un grupo de profesores «muy entregados» se lo enseñan a toda velocidad y se vuelcan especialmente con ellos.
Los alumnos de Santa Isabel tienen un seguimiento del Centro de Atención a la Infancia del Ayuntamiento de Madrid. «Algunos han perdido a sus padres o hermanos, y queremos que vivan esa infancia que no han podido vivir». Esta supervisión también procede de instituciones relacionadas con la Iglesia como ‘Fundación Luz Casanova’, que atiende especialmente a los niños que sufren violencia en sus casas. «Se conoce a todos los niños y sus familias colaboran en cuestiones de disciplina y convivencia». Precisamente la disciplina es uno de los valores en los que más insiste este colegio que, consciente de su riqueza cultural, considera fundamental el respeto a las normas para que el intercambio de ideas entre sus alumnos sea real.
Como consecuencia de este entorno pacífico, y aunque la mayoría de los alumnos proceden de la periferia madrileña, hay quienes «prefieren coger autobuses y trenes y venir a este colegio porque hay un ambiente de tolerancia y acogida». Algo a lo que contribuye la experiencia de sus padres, quienes a menudo se han sacado el graduado escolar en el curso para adultos del centro y que en 2005 ganó el Primer Premio Nacional de Compensación Educativa. «El colegio es un centro de referencia en el barrio».
Evangelización con el ejemplo
El colegio Santa Isabel es un colegio católico y, por tanto, imparte clases de Religión. Algo que, en la experiencia de Sor Carmen Benavides, los padres aceptan independientemente de sus creencias. Pero más allá de los libros, a juicio de la directora, la principal evangelización se produce con el ejemplo. «Yo soy hija de la Caridad desde hace 40 años y sirvo a Cristo en los pobres como nos pedía san Vicente de Paúl, es lo único que me interesa».
Sor Benavides, quien está convencida de que «Cristo está en cada niño», sostiene que, «cada vez que lucho por que se respeten sus derechos, estoy viviendo el Evangelio». «Lo más importante es que se sientan amados y queridos, entonces les estaremos transmitiendo el amor de Dios», concluye.
Rodrigo Moreno Quicios Fecha de Publicación: 09 de Enero de 2020