Desde 1955, y de acuerdo con los deseos de Raoul y Madeleine Follereau, el Premio Raoul Follereau se otorga cada dos años a «un médico o misionero que, por su labor o ejemplo, haya contribuido eficazmente a la lucha contra la lepra».
El jueves 28 de noviembre de 2024, el premio fue entregado de manera póstuma por el Sr. Amin Maalouf, Secretario Perpetuo de la Academia Francesa, a sor Joany Ravaoary, Hija de la Caridad de la Provincia de Madagascar.
En julio pasado, sor Joany falleció a los 58 años a causa de un agresivo cáncer. Afortunadamente, pudo ser informada de este reconocimiento, lo que le llenó de alegría.
Como enfermera, fue directora médica del Centro de Salud de Ampasy, donde se atiende y trata a numerosos pacientes, incluidos aquellos con formas graves de lepra. En este centro también se llevan a cabo ensayos clínicos para nuevos tratamientos. Además, sor Joany desarrolló programas de formación dirigidos tanto a cuidadores como a antiguos pacientes, fomentando la detección precoz de la enfermedad y combatiendo el estigma asociado a la lepra.
Tenía el don de emplear las palabras justas para motivar a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, a recibir formación profesional y a emprender actividades generadoras de ingresos, como la cría de ganado y la agricultura. Gracias a ello, muchas personas han logrado adquirir pequeños terrenos, construir sus hogares y recuperar su lugar en la sociedad.
La Provincia me pidió que la representara en la ceremonia de entrega del premio. Ella era como una hermana mayor para mí. Para los malgaches, el hermano mayor, el zoky, tiene la delicada misión de guiar a los menores en el espíritu de la familia, en su cultura y su modo de vida. Sor Joany fue para mí esa zoky, tanto en el ámbito vocacional como en el servicio profesional.
Entre otras cosas, fue ella quien me enseñó la detección de la lepra y las visitas a las zonas rurales.
Para nuestra Provincia, la elección de la Compañía de las Hijas de la Caridad como destinataria de este premio es una invitación a continuar el camino que recorrió la Hermana Joany, siguiendo el ejemplo de muchas otras Hermanas, en el servicio integral a la humanidad, a cada persona y a toda la humanidad.
Sor Fanilo FEMINASOA