El Magnificat resuena todavía en los corazones de las Hermanas que sirven en los territorios ucranianos por el recuerdo del maravilloso momento de la visita de nuestra Superiora General, sor Françoise PETIT, del 25 al 29 de agosto de 2022.
Durante este tiempo tan difícil en el que este país sufre el horror de la guerra y las Hermanas siguen sirviendo a los pobres, a las familias, a los niños, a los refugiados, a los soldados en el frente, a la población bajo ocupación… hemos tenido la gran alegría deteneresta visita, que no sólo ha sido un gran apoyo y una confirmación de la unidad de la Compañía, sino también una afirmación de la necesidad de permanecer allí donde las Hijas de la Caridad son más necesarias.
La Superiora General visitó las comunidades de Hermanas al servicio de los pobres en: una residencia para enfermos en Smotrycz (Provincia de Chełmno).
En Śniatyń, lugar especial donde se encuentra la tumba de la Beata Marta Wiecka, la Superiora General se reunió con las Hermanas de la Provincia de Cracovia que están en misión en Bałta, Odessa, Storożyniec y Śniatyń. Sor Françoise dedicó un significativo tiempo a conocer mejor nuestros ministerios y a visitar a los necesitados en sus casas. Con los miembros de la AIC y de JMV, conoció a las familias numerosas pobres, a los enfermos en sus casas y a los niños discapacitados durante la rehabilitación en el centro de Śniatyń.
En Svaliavo y Perechina, sor Françoise visitó a las Hermanas de la Provincia de Eslovaquia que sirven en la región de Transcarpacia.
En todas partes se sintió la presencia de la Superiora General, como en su día lo hizo Santa Luisa de Marillac, cuyo mensaje traía paz, apoyo y unión. En este momento, lo que resuena en nuestro interior es la certeza de que la Compañía de las Hijas de la Caridad, hace años y ahora, siempre está del lado de los más pobres.
Estamos inmensamente agradecidas a nuestra Superiora General y a sor Hanna CYBULA, Consejera General, por el esfuerzo de venir a estar con nosotras y con aquellos a los que servimos y de encontrarse con los colaboradores y los miembros de la Congregación de la Misión. Este apoyo es precioso para nosotros y afirma nuestra convicción de permanecer donde Dios, en su Providencia, nos ha colocado.