«Todas las almas verdaderamente cristianas han de profesar un gran amor a la Santísima Virgen y honrarla profundamente en su cualidad de Madre de Dios, así como por las virtudes que Dios le ha otorgado con este fin.” (E. 68) (La devoción a la Santísima Virgen) Con Santa Luisa de Marillac contemplemos el misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María y, como ella, pongamos en Dios toda nuestra esperanza de que, también nosotros, recibiremos una parte de la vida eterna en el Reino de Dios.
He aquí la Santísima Virgen, en la noche del 18 al 19 de julio de 1830.
El ser humano nunca está solo, porque Dios se le hace concretamente cercano, también a través de las apariciones de la Virgen, que cuida de los hermanos y hermanas de Jesús, recordándoles en todo tiempo: «Haced todo lo que Él os diga». En esto consiste la vida, el sentido y la realización de cada persona: […]