El 27 de noviembre de 1830, la Santísima Virgen María se apareció a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl. Sor Catalina estaba en el seminario cuando fue honrada con la visita de María. María se dignó manifestarse a sor Catalina y, a través de ella, a toda la Compañía. María parece haber elegido a una Hermana del Seminario para que nadie en la Sociedad pueda sentirse excluido del mensaje que Ella le ha confiado.
Respuesta de amor a una llamada del amor
Entregarnos plenamente a nuestros hermanos y hermanas, los pobres, es una promesa desde el momento en que entramos en la Compañía. La radicalidad del don de una Hija de la Caridad se concreta en la pasión libre y gozosa que pone en servir, inventar, amar. (Sor Françoise Petit)