Entonces, ¿qué es la virtud de la paciencia? Es la que nos hace tolerar pacientemente todos los sucesos molestos con que nos encontramos en la vida, sin irritarnos; y si a veces nos dejamos llevar del malhumor, la paciencia nos hace entrar cuanto antes dentro de nosotros mismos y serena nuestra impaciencia. De aquí se sigue, mis queridas hermanas, que necesitamos tener una buena dosis de paciencia, pues aunque no tuviéramos nada que sufrir por culpa de los hombres, nosotros mismos somos tan ruines que encontramos abundante materia para sufrir, y tan tornadizos que bastantes motivos tenemos para soportarnos a nosotros mismos; y para todo esto se necesita mucha paciencia. San Vicente de Paúl, Conferencia del 14 de julio de 1658. (Coste IXb, p. 1075)
Siguiendo a Cristo con audacia y creatividad. Carta del 2 de febrero de 2025.
Profundizar en el voto de servicio de los pobres a la luz del Evangelio, y a partir de la vida, la nuestra y la de nuestros hermanos y hermanas, conduce a releer personalmente nuestra vocación y la llamada escuchada un día. Que la preparación para la Renovación también favorezca momentos de intercambio comunitario y haga […]