Para el que sabe que es llamado por Dios, más que hacer o predicar lo importante es ser misionero (nunca un empleado), asumiendo las exigencias de su vocación bautismal y viviendo en consecuencia con la gracia que le ha sido dada como una continuación de la obra salvadora de Jesucristo. El compromiso misionero será entonces la manifestación más hermosa de la madurez vocacional y la fecundidad espiritual. (P. Vinicius Augusto Ribeiro, CM)
Siguiendo a Cristo con audacia y creatividad. Carta del 2 de febrero de 2025.
Profundizar en el voto de servicio de los pobres a la luz del Evangelio, y a partir de la vida, la nuestra y la de nuestros hermanos y hermanas, conduce a releer personalmente nuestra vocación y la llamada escuchada un día. Que la preparación para la Renovación también favorezca momentos de intercambio comunitario y haga […]