La Comunidad Beata Rosalie Rendu de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, compuesta por tres Hermanas, llegó a Papúa Nueva Guinea (PNG) en enero de 2019, a petición del señor Obispo D. Rolando C. Santos, CM, para colaborar con la Diócesis en su misión de evangelización a través de la educación (Delegación de Escuelas Católicas) particularmente la Escuela Secundaria Sagrado Corazón, Hagita y el Centro de Pastoral San Pablo.
Tras dos años de servicio en ambas instituciones, las Hermanas han establecido relaciones con las familias que viven en condiciones de pobreza en los pueblos de los alrededores. La Comunidad de Hijas de la Caridad experimentó la generosidad de estas familias, ya que solían traer productos de la huerta a cambio de arroz y pescado. En las fiestas de la Comunidad, las Hermanas les ofrecían un suplemento para la comida de los niños.
Sin embargo, se observó que durante las temporadas de lluvia, las familias no podían labrar la tierra y para tener algo en la mesa, recurrían a pedir comida, especialmente arroz. Esto se convirtió en un patrón que se agravó durante el COVID 19.
Como alternativa al sistema de reparto de ayuda a los necesitados, la Comunidad decidió utilizar un método más sostenible: APRENDER-TRABAJAR. El suministro semanal de alimentos se ofrece como incentivo para que las personas, especialmente las madres, se reúnan para estudiar, aprender algunas habilidades y realizar algún trabajo en común. El enfoque de este programa es la evangelización integral. El proyecto comenzó con 25 familias que viven en la pobreza, tienen cinco hijos y son agricultores de subsistencia. Las actividades incluyen formación espiritual, formación humana, educación en la fe y en el servicio (formación para la paternidad responsable, cuidado de la casa común, campaña contra la violencia doméstica y política de protección de los niños).
En 2022, su tercer año de implementación y cosechando los frutos visibles del Proyecto, la Comunidad de Hermanas da gracias a Dios por la oportunidad de oro de servirle en nuestras hermanas y hermanos en PNG. La gratitud se dirige también a las instituciones extranjeras como el “International Project Services (IPS)” de las Hijas de la Caridad y el “BVM Hunger Fund Project” de las Hermanas de la Caridad de la Santísima Virgen María.
Los beneficiarios manifiestan que el trabajo de aprendizaje ha ayudado a sus familias de muchas maneras, ya que han aprendido más sobre la fe católica y el significado de lo que creen, y así se animan a dar testimonio de esta fe. Una madre, cada vez que va a vender frutas en el mercado, en agradecimiento por las muchas bendiciones recibidas en su familia, ofrece a las Hermanas frutas como papaya, plátano o coco. Vangie, una beneficiaria, expresó su agradecimiento con estas palabras «Gracias por este Aprendizaje-Trabajo en el que, en las pocas horas de servicios que prestamos, seguimos creciendo en los aspectos espiritual, económico y social de nuestras vidas; recibimos bienes materiales, rezamos juntos y nos relacionamos con los demás. Ahora soy más agradecido con Dios por sus bendiciones en la vida. Que Dios nos bendiga a todos».
Sor Roberta SIMBAJON, HC