La Reunión General de las Hijas de la Caridad (Hermanas Jóvenes) se celebró en Maputo, en su Casa Provincial en Matola, del 9 al 18 de enero. Asistieron 12 Hermanas jóvenes y comenzó a las 20h15 en la sala de conferencias, con la presencia de la Hermana responsable de las Hermanas jóvenes. Varios facilitadores animaron los temas: las Hijas de la Caridad después del envío a la misión, trataron lo importante que es valorar nuestra vocación; se desarrollaron otros temas aparte de los que aprendieron en el Seminario, se enfatizó el papel unificador de la vida de oración, comunidad y servicio, así como ser firmes, crear bases sólidas y tener sentido de pertenencia. Necesitamos estar siempre estrechamente unidas a Dios, participar activamente en la misión y esforzarnos por nuestro crecimiento humano y espiritual.
También vimos el valor de la responsabilidad y la madurez en la vida comunitaria. El animador insistió con más detalle en la responsabilidad que debemos tener en las pequeñas tareas que se nos encomiendan en Comunidad y llevarlas a cabo con gran madurez.
A lo largo de este período de formación, tuvimos varios tiempos de reflexión personal y de grupo, que tenían como objetivo profundizar y revitalizar la vida comunitaria y recordar nuestra pertenencia a la Compañía.
Tuvimos varias discusiones y, al final, llegamos a la conclusión de que, efectivamente, debemos estar atentas a la acción del Espíritu Santo, abiertas a aprender algo nuevo, dejar de lado los prejuicios y reconocer que cada una tiene algo que enseñar, teniendo en cuenta que Cristo está siempre en el centro. Con los ojos de la fe, también debemos aprender a reconocer en nuestras Hermanas al primer pobre.
Siendo la Eucaristía uno de los sacramentos fundamentales de la vida cristiana, centro y alimento que fortalece la vocación de la Hija de la Caridad, tuvimos la gracia de prepararla creativamente y celebrarla cada día con gran devoción y adoración. Las homilías de los sacerdotes que presidieron la celebración diaria de la Eucaristía nos motivaron y animaron profundamente en nuestra fe en Cristo Jesús.
La Visitadora honró con su presencia el último día del encuentro. Fuimos animadas y renovadas para servir bien y anunciar la presencia de Dios entre aquellos con quienes compartimos la vida: nuestras Hermanas en comunidad y personas en situación de pobreza
Con una Eucaristía, que agradecimos profundamente, se clausuró la Reunión General.
Las Hermanas Jóvenes