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Privados de libertad

Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque… estaba en la cárcel y vinisteis a verme.

(Mt 25, 34-36)

Una nueva oportunidad

San Vicente de Paúl fue capellán general de las galeras de París, donde los prisioneros eran tratados con inhumanidad y aislados de todo contacto. Él luchó incansablemente contra los abusos que sufrían y logró mejorar sus condiciones.

Envió a las Hijas de la Caridad para llevarles alimentos, cuidados y apoyo espiritual. A pesar de ser un proyecto arriesgado en aquel tiempo, fue una demostración de amor y compasión.

Siguiendo nuestros principios fundacionales, continuamos esta misión de visitar, acompañar y reintegrar a las personas privadas de libertad.

Realizamos este servicio:

Dentro de las prisiones, a través de:

  • encuentros y acompañamientos
  • apoyo en enfermerías y servicios generales
  • distribución de alimentos
  • formación
  • actividades pastorales y capellanía

Fuera de las prisiones:

  • en centros de acogida para familias
  • manteniendo contacto con las familias
  • correspondencia con los presos
  • buscando vías de reinserción