En la época de nuestros Fundadores, las guerras ocasionaron el desplazamiento de miles de personas de diversas edades y clases sociales que llegaron a París. San Vicente se esforzó al máximo por ayudar a estas personas en apuros y demostrarles su compasión.
En la actualidad, el hambre, las catástrofes naturales, los regímenes corruptos y los conflictos globales han contribuido al crecimiento del número de personas desplazadas, incluidas familias, en busca de una vida, trabajo y vivienda dignos. Este anhelo a menudo se convierte en una pesadilla.
Llegan sin recursos financieros, contactos, vivienda ni dominio del idioma local. En ocasiones, se endeudan para pagar a contrabandistas sin escrúpulos. Su aislamiento los hace vulnerables a aquellos que abusan de sus derechos, y pueden terminar delinquiendo.
Guiadas por la Palabra de Dios, reconocemos en ellos la presencia de la Sagrada Familia durante su exilio en Egipto, y nos comprometemos a defender y respetar los derechos de los migrantes y refugiados, así como a protegerlos y trabajar juntos en su promoción.
Les posibilitamos:
- apoyo para facilitar su adaptación
- recursos básicos para su subsistencia
- asistencia legal en procesos judiciales
- alojamiento temporal
- cursos de idiomas
- ayuda para encontrar vivienda