La igualdad de dignidad entre hombres y mujeres es un principio fundamental, ya que cada individuo es imagen de Dios. Jesús, en su enseñanza, rompió con las normas religiosas de su época al interactuar con las mujeres, permitiéndoles acercarse a él, tocarlo y seguirlo.
Las mujeres desempeñan una función crucial y única en la edificación tanto de la sociedad como del Reino de Dios. Sus características y talentos deben ser reconocidos y apreciados por todos, ya que son esenciales para el bien común.
Las mujeres constituyen el 50% de la población, sin embargo, en muchas culturas y sociedades, son subestimadas y maltratadas, siendo a menudo el grupo más vulnerable.
Como seguidoras de Jesús, nos comprometemos con la promoción de la mujer. Trabajamos juntas para eliminar las desigualdades, lo cual incluye:
- proyectos que fortalezcan el empoderamiento de las mujeres
- proporcionar viviendas seguras
- ofrecer alternativas a situaciones de prostitución, trata, violencia…
- trabajar en colaboración con ellas para promover su papel en la sociedad