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Personas mayores

Y ahora que llega la vejez y las canas ¡Oh Dios, no me abandones! Para que anuncie yo tu fuerza a todas las edades venideras.

(Sal 71, 18)

Tejiendo lazos intergeneracionales

En la Biblia, los ancianos son vistos como símbolo de sabiduría y bendición de Dios. Sin embargo, en la actualidad, en algunas sociedades, pueden ser relegados y abandonados, incluso por sus propias familias. Al llegar al final de sus vidas, muchos enfrentan el envejecimiento en soledad, con problemas de salud y escasez de recursos para sus necesidades básicas.

Además, su movilidad disminuida a menudo les impide participar en la vida social y religiosa.

Guiados por los principios de nuestros Fundadores, honramos la dignidad y la experiencia de los ancianos, brindándoles apoyo y comprensión que reflejan el amor de Dios. Nos ocupamos de ellos en sus hogares, en centros de atención y en las parroquias.