Santa Luisa comprendía que la educación era clave para garantizar el crecimiento y la formación de niños y jóvenes. Solicitó permiso para establecer pequeñas escuelas destinadas a niñas desfavorecidas, quienes, de lo contrario, podrían verse abocadas a la mendicidad.
Las Hermanas se comprometieron a ofrecer a sus alumnas una educación integral, práctica y aplicable, que les permitiera asegurarse un sustento digno y mantener a sus familias. Además, les impartieron catequesis y les enseñaron los valores evangélicos para vivir de acuerdo con el mensaje de Jesús.
Es un privilegio para nosotras acompañar a los adolescentes y jóvenes en su búsqueda y aspiraciones. Nos encontramos con ellos en diversas áreas:
- escuelas primarias, secundarias, bachillerato, universidades y formación profesional.
- catequesis y pastoral juvenil
- diferentes movimientos, especialmente dentro de la Familia Vicenciana, como Juventudes Marianas Vicencianas (JMV), los Misioneros Laicos Vicencianos (MISEVI) y programas de voluntariado vicenciano para jóvenes
- asociaciones especializadas que brindan apoyo a jovenes con dificultades y niños de la calle