Hoy día, las expectativas y exigencias de vivir como corresponde a los modelos presentados por nuestra sociedad hacen que muchas personas se sientan inseguras, angustiadas y frustradas.
Estas situaciones pueden llegar a generar procesos adictivos que perjudican la propia vida y las de sus seres queridos.
Fieles al Evangelio y a nuestro carisma, servimos a las personas que sufren de alguna adicción y buscan recuperar la confianza en sí mismos y el equilibrio en sus vidas. Se necesita personal especializado y vocacionado, por lo que colaboramos con especialistas a fin de ofrecerles asesoramiento, ayuda psicológica y espiritual.
Hay Hermanas que están presentes en centros de rehabilitación y también ofreciendo asesoramiento y apoyo a sus familias.

